Endoscopia Digestiva, primeras palabras

La endoscopia digestiva es la observación directa del interior del tubo digestivo: esófago, estómago e intestino, a través de instrumentos de imagen compuestos por fibra óptica,  lentes y una cámara que proyectan imágenes a monitores para ser analizadas o almacenadas. La endoscopia digestiva está en constante evolución. El avance tecnológico que ha experimentado la endoscopia en los últimos años, tanto en la fabricación de los endoscopios -mejorando la flexibilidad, amplitud del campo visual, diámetro del tubo de inserción, longitud, rigidez-, así como en la fabricación de material fungible, y por otro lado, con el aporte de la anestesia o sedación, hace que los procedimientos endoscópicos sean más largos, complejos y con las mismas condiciones de seguridad y comodidad para el paciente y el equipo de profesionales que lo realiza.
El desarrollo de nuevos procedimientos y técnicas endoscópicas, amplían el abanico de los procesos patológicos tratados y previenen otros tantos, contribuyendo a que endoscopia adquiere cada vez mayor importancia en el tratamiento de enfermedades del tubo digestivo.

Dentro de la endoscopia digestiva, se incluye la endoscopia digestiva alta o gastroscopia, endoscopia digestiva baja o colonoscopia, enteroscopia, colangiopancreatografía retrógrada endoscópica o CPRE y ultrasonografía endoscópica o ecoendoscopia. En cada una de ellas se realizan técnicas de diagnóstico o terapéuticas para las que son necesarias contar con profesionales formados y entrenados que incorporen las nuevas técnicas en su práctica clínica diaria y a la vez que cuenten con programas de calidad.

A lo largo de este blog describiremos las principales técnicas diagnósticas y terapéuticas, así como los cuidados enfermeros que precisan. También comentaremos las herramientas metodológicas: protocolos, registros, planes de cuidados, recomendaciones, preparación física del paciente, entre otros, con que cuenta la enfermería de endoscopia digestiva para hacer un trabajo de calidad.